La Organización Internacional del Trabajo (OIT), informó que en el 2013, 168 millones de niños, se encontraban trabajando, de los cuales 85 millones, trabajaban en un puesto peligroso. Gran parte de estos niños, se dedican a la producción textil y elaboran prendas de vestir para grandes y pequeñas empresas internacionales.
Se supone que en la mayoría de países la explotación infantil está prohibida, pero estos datos son alarmantes y se nota que estas leyes no se cumplen. También se dictaminó, que los niños son involucrados en casi todas las etapas de fabricación de ropa. Desde la recolección de materiales, hasta los últimos detalles de acabado.
Una publicación creada por la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS) en el 2009, concluyó que al menos el 86% de los colegios, en la temporada de algodón en el 2008, en Uzbekistán, fueron objeto de solicitudes de captación obligatoria por parte del gobierno. Niños de 11 a 14 años fueron contratados con la esperanza de que recogieran de 15 a 70 kilos de algodón al día.
La hija del presidente autoritario de Uzbekistán, Gulnara Karimova, fue expulsada de la Semana de la Moda en Nueva York, debido al escándalo y a la presión de las empresas organizadoras, IMG y Mercedes Benz. En la actualidad, Karinova se encuentra bajo arresto domiciliario desde febrero del año pasado, por delitos de corrupción.
Estos niños no asisten a la escuela, porque solamente tienen medio día libre cada semana. |
Los salarios mensuales de estas fábricas clandestinas, son de 9 euros, tanto para adultos como para niños.
Exhibición de pantalones para distribuidores, elaborados por una fábrica clandestina en Daca
Sus trabajadores, laboran alrededor de 6 o 6.5 días a la semana desde que amanece hasta que anochece. Algunos duermen en los mismos talleres.
Niños duchándose en la fábrica.
La seguridad y las condiciones en general de estas fábricas son deplorables y se exponen a derrumbes e incendios. En el 2013, en Savar, un edificio de 8 pisos se desvaneció y provocó la muerte de 1127 personas aproximadamente.
En la industria textil de Camboya, trabajan aproximadamente 700 camboyanos, incluyendo niños.
También hay niños trabajando en talleres de Vietnam, donde se evidencia la explotación que sufre la niñez. La mayoría de estos niños y jóvenes, llegaron aquí porque fueron literalmente comprados a sus padres en aldeas remotas.
Algunos jóvenes vietnamitas saltaron desde la ventada de un tercer piso suplicando ayuda en el 2012. Ellos trabajaban en una fábrica en la Ciudad Ho Chi Minh.
“Yo y 11 niños más fuimos llevados en autobús desde el pueblo. Mis padres estaban contentos de que ganara dinero. En la fábrica, trabajamos 2 años, desde las 6 de la mañana y finalizábamos a la medianoche, sin recibir sueldo. Y cuando cometíamos errores nos pegaban con un palo”.
FUENTE: El Club de los Poetas Muertos
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